Simple: Sin personajes no tenemos cuento. El personaje es la voz que le damos a nuestro relato. Narramos lo que le acontece, qué le depara, cuáles son sus problemas y cómo los enfrenta. Los personajes son los que hacen la historia. Sufren, son exitosos, sueñan, lloran, ríen, son los que hacen que un cuento sea cuento. Pero el personaje no siempre tiene que ser una persona, aunque necesita mostrar características humanas para serlo. En este momento recuerdo uno de mis libros favoritos: 'Cuentos de la selva' de Horacio Quiroga. Una antología donde encontraremos serpientes y venados que hablan, por ejemplo. Yéndonos un poco más allá, el mismísimo Gregorio Samsa de Kafka. Así podemos narrar la historia de una tortuga que se siente sola, un árbol que espera la primavera o una roca que ve pasar a los viajeros.
Personajes principales.
En un cuento hay personajes principales y personajes secundarios. El peso del relato recae en el personaje principal, es el más importante de nuestra historia y en quien debemos enfocarnos. Ahora, ¿cuántos personajes principales podemos usar? Lo que se recomienda es uno. Como comentaba en un post anterior, estas son ciertas 'normas' recomendadas para darle estructura al cuento y uno de los autores que yo considero que rompió con todas e hizo cuentos maravillosos e insuperables es Julio Cortázar. Se me viene a la mente 'La señorita Cora' de uno de mis libros favoritos: 'Todos los fuegos el fuego'. Menciono este cuento porque el cambio de narrador no es anunciado, por lo que varios personajes -y no uno- hacen el relato. Es narrado desde distintas perspectivas pero de forma continua. Es fácil perderse en este cuento pero con un poco de atención se reconoce qué personaje está 'hablando'. Supongamos que trabajaremos con un solo personaje para facilitar la escritura del cuento, quizá dos pero que se enfoquen hacia la misma situación, hemos de darle peso a éste para diferenciarlo de los secundarios.
Personajes secundarios:
Estos personajes sirven de soporte para nuestro cuento, podríamos omitirlos incluso. Al describirlos lo hacemos con menos detalle que nuestro protagonista. Ellos complementan el cuento y nos ayudan a narrar la historia añadiéndole más contenido. Si el cuento se sostiene sin estos personajes, no son necesarios. Podemos prescindir de su uso si consideramos que nuestro relato puede continuar sin ellos. ¿Cuántos personajes secundarios podemos usar? Yo diría esto de nuevo: Los necesarios. Ni más ni menos. Pero es relativo, si estoy escribiendo acerca de un profesor universitario que dicta una cátedra a 20 alumnos, tengo 20 personajes secundarios aunque no les agregue más rasgos. Hay un personaje secundario que tiene rostro y no pertenece a una masa, porque actúa dentro de nuestro relato. Es la novia del protagonista, su barbero, el taxista que lo llevó a la fiesta y así. Lo que hay que tener en cuenta es que no debe tener más peso que nuestra estrella. Sin embargo se puede jugar. Yo escribí un cuento que comienza hablando acerca de un personaje llamado Juan Carlos y su rutina. Lo que quise hacer -o al menos fue mi intención- fue una especie de plano cinematográfico donde hablaba de Juan Carlos y el verdadero protagonista (Yonaiker) aparecía a mitad de relato y la atención se centraba en él. Fue algo atrevido que hice para darle otro giro de narración a lo que contaba.
Básicamente en una historia corta caben todos los personajes que queramos, pero entre más nos enfoquemos en resaltar algunos pocos mantendremos al lector más enganchado a nuestro relato.
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Danie.
