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El vidrio espía se utiliza para separar dos zonas con luminosidades diferentes con fines de vigilancia, ya que permite ver sin ser visto, desde un lugar oscuro hacia un lugar claro. Consecuentemente el efecto del vidrio espía está garantizado solo cuando existe diferencia de alumbrado.
Las láminas espejo son reflectantes por su revestido metálico y no permiten ver del exterior al interior, pero si del interior al exterior. Para la protección contra miradas desde el exterior hacia el interior de la habitación, para ello, ésta ha de ser más oscura que en el exterior. El cristal espía o también conocido por espejo espía, es en efecto un espejo al cual no se le aplica pintura de protección. Permite vigilar un determinado espacio de un local sin ser observado, siempre según condiciones lumínicas.
El vidrio espía se utiliza en tiendas, supermercados, bancos, o en cualquier lugar específico, que debe ser vigilado. También es ideal para hospitales, en el cuidado de los pacientes y en los centros de cura, porque da la impresión de que es un espejo normal.
Este vidrio es laminado, en este caso las dos hojas de espejo son laminadas, caras cromadas hacia el interior, con un Butiral. Así la capa está protegida sobre ambos vidrios. Además, al ser un cristal laminado, el vidrio espía es un vidrio de seguridad y apto para la protección de las personas.
El vidrio es un material muy frágil, no puede ir muy ajustado a marcos rígidos. Para evitar que se rompa por dilatación, el vidrio siempre medirá tanto de anchura como de altura 4 mm menos de lo que mide el lugar donde debe ir instalado. El espacio que queda libre debe ir rellenado con silicona.
